Hemos
escuchado hablar sobre esta experiencia desde el principio de curso
por lo que cuando llegó el momento de vivirla todos estábamos
deseando hacerlo, ha sido tanto dura como emocionante, y nuestros
días han sido tanto parececidos como iguales:
Día
1, Palencia-Sarria: llegamos
a Sarria después de un largo viaje, nos explicaron cómo iban a ser
las noches en los albergues y conocimos donde íbamos a dormir esa
noche, estábamos nerviosos por lo que iba a suceder al día
siguiente, por lo que nos costó dormirnos.
Día
2, Sarria-Portomarín: nos
levantamos a las 6:30 de la mañana y desayunamos con el frío, no
tardamos en ponernos a andar. Ese día andamos 23km y fue uno de los
más divertidos, porque el pueblo era grande y estuvimos todos
juntos.
Día
3, Portomarín-Palas de Rei: aunque
no fue el día más largo (25km) para muchos fue de los más duros
porque además del mal tiempo, en el camino había muchas cuestas y
la mayor parte recorrida era asfalto y se sentían los pies más
cansados, pero la recompensa de por la tarde de estar en una
terracita con el café era gratificante. Esa noche dormimos todos
juntos en un albergue.
Día
4, Palas de Rei-Arzúa: hizimos
la rutina de siempre, pero está vez, fue más duro de lo normal, ya
que está vez eran 30km los que teníamos que recorrer, había tanto
cansancio que algunas decidieron bajar las cuestas rodando como forma
de alivio. Déspues de una larga caminata, tuvimos algunos problemas
para conseguir el polideportivo, pero finalmente dormimos en un
pabellón, donde la mayoría tuvimos una larga y fría noche.
Día
5, Arzúa-Pedrouzo:
aunque fuese el día más corto, algunos tuvieron problemas para
aguantar las cuestas, pero todos llegamos bien. Fue el día más
sentimental porque el siguiente día sería Santiago y todo llegaría
a su fin, por lo que muchos lloramos de alegría y tristeza, ese día
cenamos todos juntos y tuvimos una tarde entretenida todos con todos,
sin dejar fuera a ninguno, como una gran familia.
Día
6, Pedrouzo-Santiago: todos
nos levantamos con ganas de andar, sabíamos que Santiago estaba
cerca por lo que la etapa se hizo bastante amena. Cuando no quedaba
nada para llegar, todos estabamos eufóricos por llegar y cuando nos
dijeron que la plaza estaba ahí abajo, fuimos corriendo y tuvimos un
gran sentimiento de alegria y satisfacción. Aunque para algunos, la
mejor parte de el día fue cuando todos salimos a cantar y bailar
bajo la lluvia en la plaza del Obradoiro, al lado de la catedral.
Día
7, Santiago-Palencia: Algunos
aprovecharon para confesarse y otros leyeron unas oraciones en la
misa. Después nos hicimos unas fotos para recordar y nos volvimos.
Ese día fue cansado, lo mejor del día fue ir a ver el botafumeiro
en la misa del peregrino, en la catedral de Santiago, donde volvimos
a Palencia con una gratificante e inolvidable experiencia.
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