Comenzamos el Camino. Los nervios están a flor de piel. Casi no hemos dormido, pues no parábamos de pensar en que como iba a ser esta experiencia. Nos hicimos la foto de familia y todo arrancó. Fue un viaje largo pues no sabíamos que nos íbamos a encontrar.
2ª etapa (Sarria-Portomarín):
Comenzamos a andar. Ahora ya empieza lo duro, la mochila empieza a pesar y el dolor comienza. El tiempo no acompañaba mucho, hacia fresco y hubo algún chubasco. Así para empezar andamos casi 23 km y aunque íbamos con la adrenalina del primer día, se notaba que nunca habíamos andado tanto.
3ª etapa (Portomarin-Palas de Rei):
Esta etapa fue más larga que la anterior, unos 25 km. Algunos comprañeros tuvieron que ir en la furgoneta y los demás estábamos cansados pues la etapa tenía varias subidas y bajadas matadoras. Algunos ya empezaban a tener ampollas, pero estaba Roberto para curarlas. Fue uno de los mejores albergue del camino y donde nos empezamos a unir.
4ª etapa (Palas de Rei-Arzúa):
Esta sin duda fue la peor etapa y la más larga. Cada vez pesaba más la mochila y los ánimos flojeaban. Cuando parábamos a descansar se notaba un dolor mi agudo pues ya llevábamos 3 días andando una media de 20 km al día. Ya empezábamos a entablar relación con los peregrinos que nos acompañaban durante el camino, pues teníamos que hacer varias entrevistas para los deberes de diferentes asignaturas.
4ª etapa (Arzua-Pedouzo):
Ya quedaba menos para Santiago. Fue una de las etapas más cortas, unos 20 km. Amaneció con frío pero luego salió el sol e hizo buenísimo. Al la penúltima etapa los ánimos volvieron a nosotros y nos unimos mucho más. Este día estuvo lleno de emociones pues se estaba acercando el final de esta experiencia y aunque nos íbamos a ver en clase, no íbamos a pasar 24 horas juntos como una gran familia. Ese día a todos se nos revolvieron las emociones y aunque unos las exteriorizaron más que otros, a todos nos daba pena que terminara todo esto.
Ya llegaba el final de la mejor experiencia que habíamos vivido todos juntos. Sólo quedaban 19 km para llegar a nuestra meta, Santiago. Habíamos luchado mucho por llegar, habíamos andado casi 100 km durante 4 días que se habían pasado volando, y ha medida que avanzábamos nos sentíamos más gratificados. Cuando llegamos al Monte do Gozo, sabíamos que ya no quedaba nada porque podíamos ver desde arriba Santiago.
Santiago de Compostela:
Y después de 111 km de subidas y bajadas de ánimos, llegamos a Santiago. Entramos a la plaza del Obradoiro pues estábamos deseando llegar a nuestra meta pero no queríamos que se acabase. Ese día nos lo pasamos genial, comimos genial en el colegio de la Salle de Santiago, estuvimos paseando y comprando regalos y para terminar el día estuvimos cantando y bailando en la plaza de la catedral bajo la lluvia. Todos estuvimos disfrutando de la lluvia y luego después de cenar estuvimos viendo como era Santiago por la noche, incluso más bonito. Hemos disfrutado muchísimo esta experiencia y se la recomendamos a todo el mundo pues durante un tiempo vas a vivir otra vida en la que dejas de lado las comodidades y en la que tienes que aprender a tener más empatía y mirar más por los demás; en definitiva que te cambia.
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